¿EL CAMBIO CLIMÁTICO AFECTA TAMBIÉN A LA SALUD MENTAL?

La ansiedad climática, también conocida como eco-ansiedad, es un término utilizado para describir un estado de preocupación, miedo y estrés que está relacionado con los efectos del cambio climático en el planeta y, por consiguiente, con la vida humana.

Se puede manifestar de diferentes formas, desde preocupaciones constantes sobre el futuro del ambiente y las consecuencias del cambio climático en la vida cotidiana, hasta mediante algunos síntomas físicos como pueden ser, dificultad para respirar, sudores, dolores de cabeza y otros que están relacionados con el estrés.

La eco ansiedad se ha convertido en un problema creciente a medida que la conciencia pública sobre el cambio climático ha aumentado y las consecuencias del calentamiento global se han vuelto más evidentes en todo el mundo. Muchas personas se sienten impotentes frente a los enormes desafíos ambientales que enfrentamos, lo que puede contribuir a la ansiedad climática.

También puede afectar la capacidad de una persona para tomar decisiones y actuar en consecuencia. Algunos pueden sentirse abrumados por el alcance del problema y creer que sus acciones individuales no son suficientes para marcar una diferencia. Otros pueden sentirse paralizados por el miedo y la incertidumbre sobre el futuro y la gravedad de la situación.

La Asociación Americana de Psicología define como “eco ansiedad” al temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones.” Cabe destacar que la ansiedad por el cambio climático no es una enfermedad mental, sin embargo, es una variable que empeora cuadros de enfermedad mental.

La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) reconoció al ambiente limpio, sano y sostenible como un derecho humano fundamental en julio de 2022. La emergencia climática fue declarada por la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA) en abril del año pasado.

Son los niños y los jóvenes quienes están mostrando niveles crecientes de problemas de salud mental debido a la crisis climática, caracterizados por sentimientos de tristeza, culpa, cambios en el sueño y el apetito, dificultad para concentrarse, desconexión, aumento de las tasas de agresión y violencia.

Experimentan una gran cantidad de efectos directos e indirectos del cambio climático y esto afecta su bienestar mental de formas diversas y complejas. Los jóvenes también tienen percepciones variadas sobre el cambio climático en función de su ubicación social y muchos se enfrentan a sentimientos de inmensa preocupación y ansiedad ecológica.

Un estudio publicado en la prestigiosa revista científica, The Lancet, en el año 2021, en el cual se encuestó a 10.000 jóvenes de entre 16 y 25 años de Brasil, Filipinas, Francia, Estados Unidos, India, Reino Unido, Nigeria y Australia, Portugal y Finlandia, indica que un 59% de ellos se encuentra muy o extremadamente preocupados por el cambio climático. Más del 50% informó ansiedad, enojo, impotencia y culpa. La ansiedad y la angustia climáticas se correlacionaron con una respuesta gubernamental percibida como inadecuada y sentimientos de traición asociados.

Es importante señalar que la ansiedad climática no afecta a todas las personas de la misma manera. Algunas personas pueden sentirse más preocupadas que otras, y algunas personas pueden sentir que su capacidad para lidiar con el cambio climático es más efectiva. La respuesta emocional a la crisis climática también puede estar influida por factores como la edad, la ubicación geográfica y la experiencia personal.

Afortunadamente, hay varias formas de abordarla y de trabajar para reducirla. Una de las mejores formas es tomar medidas concretas para reducir su impacto en el ambiente, como, por ejemplo, reducir el consumo de energía y agua, utilizar medios de transporte sostenibles, reducir el uso de plásticos y otros materiales no biodegradables y apoyar políticas y empresas que trabajen para proteger el medio ambiente.

Además, de hablar con amigos, familiares o incluso con un profesional de la salud mental sobre estas preocupaciones relacionadas con el cambio climático puede ayudar a aliviar la ansiedad y encontrar formas de actuar de manera efectiva.

En resumen, la ansiedad climática es un fenómeno cada vez más común en una época en la que la preocupación por el medio ambiente está en constante aumento. Si bien puede ser abrumador, hay acciones que se pueden tomar para reducir su impacto y ayudar a construir un futuro más sostenible.

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