A pocos días de haberse retirado militarmente tras 20 años de ocupación, el país del norte se muestra “preocupado” por el posible desencadenamiento de conflictos entre facciones afganas.
Lo cierto es que después de tantos años de permanencia, Estados Unidos se retiró completamente hace escasos días, generando una profunda crisis de gobernabilidad lo que concluyó con la toma del poder por parte de los talibanes. A su vez hay facciones y poblaciones que no aceptan al nuevo gobierno. En las últimas horas los talibanes afirmaron haber ganado terreno en el valle del Panjshir, el último gran bastión de resistencia armada al nuevo gobierno. Ante este escenario, la administración de Joe Biden advirtió que podría desencadenarse una guerra civil en esa región.
LAS REDES SOCIALES:
En Twitter los talibanes publicaron que varias zonas del Panjshir ya estaban en manos del régimen.
En Facebook Ali Maisam Nazary, vocero del Frente Nacional de Resistencia (FNR), aseguró que la resistencia “nunca fracasaría”. No obstante, el exvicepresidente Amrullah Saleh afirmó desde el Panjshir que se estaba produciendo una “crisis humanitaria a gran escala” con miles de desplazados tras “un asalto talibán”.
Es por estas distintas versiones acerca de la situación que organismos y autoridades no se atreven a dar información oficial al respecto. Lo que si es sabido es que la región del valle del Panjshir es un bastión antitalibán donde radican milicias locales y grupos compuestos por exmiembros de las fuerzas de seguridad afganas que llegaron al sitio cuando el resto del país cayó en manos de los islamistas.
El jefe del Estado Mayor del ejército estadounidense, el general Mark Milley, consideró que:
“Las condiciones de una guerra civil” eran “susceptibles de reunirse” en Afganistán. “Creo que, por lo menos, hay una muy fuerte probabilidad de una guerra civil que podría conducir a una reconstrucción de Al Qaeda o a un refuerzo del ISIS (Estado Islámico) o de otros grupos terroristas”.